Y se quedarán los pájaros cantando

Estirats i amb el llum apagat ella li va dir:
-Me ha tocado el premio.
-Uau, qué suerte.
-Sí, estoy contenta.
El va abraçar per l'esquena i li va semblar que el món només l'habitaven ells i li va clavar el ganivet al ventre. Sabia que aquesta era la forma lenta de fer-ho i per disfrutar més estona el premi.
-¿Tienes miedo?- Li va preguntar prement el puny contra el seu ventre.
-Un poco.
-Cuéntame, ¿cómo es?
-Duele bastante, mi amor. De momento sólo duele.
-¿Y nada más?- Sentia com brotava la sang tèbia i li mullava la mà.
-¿Vas a pagar por una necrológica?
-Claro. Te lo prometí.
-Eso es hermoso, mi vida. ¿Y qué vas a poner?
-Lo que tú quieras.
-Pon que fui astronauta.
-Vale, lo haré. ¿Ves pasar fotografias?
-Nada. No veo nada. Tampoco calaveras.
-¿Duele?
-Mucho.
-¿Quién te lo dijo?
-¿Lo del premio?
-Sí.- respongué, dèbil.
-El vecino. Vino esta tarde a por sal y me lo dijo.
-¿Como lo sabía?
-No sé, supongo que como a su abuela le tocó una vez…
-Ya…
-¿No ves nada especial?
-No.
-Qué casualidad, me toca el premio justo después de lo que hablamos ayer, ¿no?
-Mmm…
-¿Te puedes mover?
-ssshhhh…
-¿Qué pasa?
-…mm...
-¿Hay algo?
-…

divendres

Guanyar al póker mentre sona dj Solja.
Arribar al llit i amarrar al cos oasi.